Carpe Diem

Descansamos sobre un mantel de agua,
iluminados por la luz del mástil que se confunde en la constelación de estrellas mediterráneas.
Nos acompaña una barcaza de artistas,
de esos que no transan un atardecer en altamar por todo el oro del mundo.
Nosotros en cambio compramos aceitunas donde sea que anclemos.
Dormimos sobre cubierta
y contamos historias de nuestra vieja existencia de agua dulce.

Ya no vemos tierra firme.
Nos sentimos más seguros sobre este mantel de agua
y usamos hermosos tatuajes para recordar nuestras rutas preferidas
entre los peligrosos fiordos helénicos.
Ahora sólo hay mar, sol y piel.

El Descuidista